La Indurain según Gorka Bidegain

La Indurain Larga

Pasó una de las marchas de referencia del calendario. La verdad que la temporada se va haciendo larga, y además ahora solo puedo entrenar un máximo de 3 horas por día, ya que a las 10 y media entro a currar, así en julio hice entrenos de intensidad y confié mi entrenamiento de fondo a lo realizado hasta junio...

A las 7 y media salí en bicicleta camino a Bera para así ir calentando y soltando piernas... A las 8:45 se da la salida y de inicio se nota que esto no es como la corta donde se sale a mil por hora... El ritmo es alto sí, pero ni por asomo se parece a lo que suele pasar en la corta... Hasta pasar el tramo de obras con mil ojos en la carretera porque tanto conos, baches y mil historias más hacían verdaderamente peligrosa ésta parte...

Una vez pasado este tramo hasta Mugaire se va bien, y una vez empezado Belate, aquí cambia la marcha con respecto a la corta, el ritmo de subir Belate es altísimo, y si bien hasta Almandoz aguanto con los primeros, el calentón es importante...

Veo que no tengo el día, el pulso disparado y las piernas no van, y no quiero ni pensar en lo que queda... Corono en el segundo grupo, y rápidamente nos organizamos para dar relevos y dirigirnos a Olague... Allá empezamos con Egozkue, una vez empezado lo duro de este puerto, 8 se van y me quedo haciendo la goma, no quiero perder ese grupo, pero no puedo cazarlos, eso sí, tampoco se me alejan demasiado...

Aun así, a falta de 2 kilómetros para la cima me adelanta uno y pegándome a su rueda me lleva al grupo... Descenso vertiginoso hacia Eugi para ir en busca de Artesiaga, las sensaciones han sido mejores, pero no estoy en mi mejor momento. Comenzamos Artesiaga, y una vez empezado lo duro enseguida me doy cuenta que no voy, tengo que meter el tercer plato, y contentarme con ver como el grupo se me va poco a poco, corono y una vez mas arriesgo en la bajada para empalmar con el grupo, ventajas de conocer de "pe a pa" el puerto...

Una vez llegado a Irurita, la tentación de tirar hacia Doneztebe es enorme, pero empiezo a subir Ziga, y empalmo con un tío de Bera y otro de Erratzu, para ir subiendo al tran-tran, bajar de 6 horas con esas piernas era ya una quimera, así que me conformaba con acabar... Subiendo Belate por segunda vez echo mano de todo lo aprendido en las pruebas de larga distancia, pensar en cosas positivas y ponerme metas tangibles, una curva, otra, otra... Los cuadriceps ya daban señales de cansancio pero poco a poco superamos Belate.

Al parar en el avituallamiento de Belate, nos quedamos Anartz de Erratzu y yo solos, y nos dirijimos hacia Orokieta... En el llano de Ultzama los relevos eran buenos y rapidos y ibamos a buena marcha, pero ahi paso el primer episodio de calambres que me han dado en terreno llano, el isquio y el cuadriceps quejándose a la vez, dolor mucho dolor, y parada en la carretera...

Estuve parado como 5 minutos y con mucho miedo proseguí mi camino, pero en Eltzaburu los calambres volvieron, y el abandono paso por mi cabeza... Viendo que el coche escoba tardaría mucho en venir, fui pedaleando lo mas ligero que podía hasta llegar al ultimo puerto...

Ahí me pilló un grupo y a rueda fui con ellos hasta lo duro de Orokieta, donde a pesar de ir a 145 pulsaciones, no me atrevía a forzar mas por miedo a los calambres, por lo menos pude disfrutar un rato rodando con Miguelón...

Coroné por fin el ultimo puerto, y ya sí, aunque sea a rastras, sabia que lo había logrado, pese a que quedaban los repechos de Saldias y Beintza... Disfrutar en la bajada de ir adelantando gente, y dar los relevos que me tocaban para poder llegar todos enteros a Bera...

El aire en contra, la carretera, el calor , los semáforos, pero por fin meta... Dudas para la última marcha del calendario, la última y la más dura, la Larra Larrau larga,porque si aquí sufrí, allá puede ser un infierno...

Dar la enhorabuena a todos los doneztebarras que hicieron la marcha, y animarlos a participar en la Larra Larrau, aunque sea en la corta... Gracias también a todos los miembros del Erreka que estuvieron en los cruces, se agradece...

Gorka Bidegain