Los organizadores del Día del Erreka han realizado una valoración más que positiva de la jornada, vista no sólo la afluencia de vecinos, también la implicación de muchos socios y amigos del Club Deportivo.
El intenso trabajo realizado no finalizó cuando esperaban, ya que a última hora y a causa de la lluvia, tuvieron que tomar una decisión de emergencia y trasladar las mesas para la cena, desde la Plaza Santa Lucía hasta los cercanos locales del Bar de Jubilados, donde se reunieron para cenar unas 150 personas.
Tras la misma todos salieron a la Plaza Santa Lucía. La lluvia dio una tregua y se pudieron rendir los homenajes.
Tras destacar el trabajo y los resultados de los equipos de balonmano, el equipo cadete subió al escenario que se había montado en ese mismo lugar para recibir la copa de tercer clasificado de la Liga Navarra y escuchar caluroso aplauso de todos los presentes. Después el Club tuvo un pequeño detalle con el jugador de balonmano Alberto Mouriño, portero del OAR Coruña y que todos los años recorre 800 kilómetros para estar en el Día del Erreka. Para él ha sido el pañuelo de fiestas bordado del Club, novedad de este año y que ya se puede adquirir en Doneztebe.
Homenaje
El momento más emotivo de la noche llegó con el homenaje que se realizó a dos personas que llevan toda la vida ligados al Club de una u otra manera, Dani Urroz e Iban Ezkurra. Desde pequeños realizaban el viaje casi diario desde Gaztelu y Donamaria respectivamente hasta Doneztebe, para jugar al balonmano. Y lo han seguido haciendo hasta que las lesiones les han apartado de las pistas.
Como señalan desde el Erreka «los hemos tenido en labores de entrenadores y siempre echando una mano, sin rechistar, en todo lo que se les ha pedido. Por eso y por mucho más son dos claros ejemplos de voluntad, trabajo, compañerismo y amor al Erreka. Grandes personas y mejores amigos».
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