Tras la cena Txomin se hizo con el micrófono, y como cada año, hizo balance de la temporada.
Vimos al Txomin más emocionado que se recuerda, con un discurso sentido, y que como él mismo indicó " le salió desde dentro", poniendo voz a lo que piensa el Club de nuestra actualidad.
Hizo mención al excelente trabajo de las secciones de judo, pelota, dantza y montaña, para centrarse finalmente en el balonmano. Destacó que 140 jugadores practican en éste momento la citada modalidad, divididos en 7 equipos. Todo un hito para un deporte minoritario y en una población tan reducida como la nuestra. Y todo ello gracias a un pequeño pero muy bien avenido grupo de trabajo (entrenadores, delegados, directiva...) que se afanan por hacerlo lo mejor que pueden. Una sección donde nadie cobra y nadie paga, nada común hoy en día donde para todo hay que "pasar por taquilla". Un modo de funcionar del que nos sentimos más que orgullosos y nos hace diferentes. Reivindicó, no sin razón, que nuestro trabajo es muy reconocido en todo el balonmano navarro, pero quizás menos valorado en nuestra propia casa. No es buena la autocomplacencia, pero cuando las cosas se hacen bien, por qué no reconocer todo ese trabajo que hay detrás.
También hizo mención a que la Directiva lleva ya 10 años en el cargo, con el desgaste que eso supone. Es necesario un impulso y reorganizar las labores, para que la tarea sea más llevadera y no recaiga sobre unas pocas personas, como ocurre a día de hoy. Para ello se convocará una reunión en los próximos días para intentar renovar los cargos y meter gente nueva, con nuevas ideas y fuerzas renovadas. El cambio puede ser positivo, hay gente muy capacitada, con ganas y que quiere al Erreka. El Club saldrá reforzado. No nos cabe ninguna duda.
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