Derrota... pero muy buena imagen del Erreka

Comienzo con derrota pero gran juego

MARISTAS 34 - ERREKA 31

Seguramente sea mentira eso de la "derrota dulce" ya que, por qué negarlo, todas suelen ser bastante amargas. Pero la verdad es que las caras de los jugadores y aficionados congregados en el Pabellón Santa María la Real de Sarriguren eran de cierta satisfacción a pesar del resultado.

En la primera parte los ataques pudieron descaradamente con las defensas. Pudimos ver un auténtico carrusel de goles y nos fuimos tres abajo al descanso. En tareas defensivas no pudimos parar al potentísimo equipo del Maristas, pero en ataque estuvimos sobresalientes, con un Iñaki Indabere espectacular pese a la permisividad arbitral con las defensas sobre el pivote legasarra.

En el comienzo de la segunda parte cavamos nuestra propia tumba. Un par de postes, alguna pérdida de balón y alguna exclusión hicieron que los locales se fueran ya de 7 goles de renta en el marcador. Cuando parecía que el partido estaba finiquitado los nuestros tiraron de raza y consiguieron ponerse a un sólo gol a falta de 2 minutos. Por desgracia para nosotros, no pudimos culminar  la remontada. Enfrente un Maristas que tiene en la actual temporada todo un equipazo. Probablemente, la plantilla más completa de la categoría.

Volviendo a lo nuestro, se vio a un Erreka  diferente al de las últimas temporadas. Con menos kilos y menos presencia defensiva, nuestro juego se basó en una defensa más abierta y presionante, y sobre todo en un ataque muy dinámico. Algunas bajas con las que contamos ésta campaña más la aportación de los más jóvenes nos llevarán,  a buen seguro, a jugar de otra manera.

 Destacaron sobremanera los todavía juveniles Iñigo Oskoz y Javi Apezteguia. Disfrutaron de muchos minutos y los aprovecharon a la perfección. Aunque habitualmente jugarán con los juveniles, a las órdenes de Txomin e Iban Mindegia, han demostrado en el día de hoy que están a un gran nivel y que todo el trabajo que se está haciendo en el Erreka está dando sus frutos. No son más que dos ejemplos, quizás los más representativos, de una cantera que nos deparará, segurísimo, muchas alegrías en el futuro. Y sino, al tiempo.